6 Claves para una soltería sana

6 claves para una soltería sana

Da la impresión de que estar soltero debe ser vivido como una condena. En la conciencia colectiva, estar soltero puede significar varias cosas. ¿Se te ocurre alguna? Por ejemplo: “no soy merecedor/a de estar con nadie”, “debo tener un problema”, “me voy a quedar sola/o”, “no soy lo suficientemente atractiva/o”, etc. Todas esas ideas parecen incrustadas en la mentalidad de muchas personas, y cada una de ellas es un sesgo cognitivo distinto. ¿Has pensado alguna de ellas alguna vez?

¿Por qué crees que ocurre esto? En gran parte ocurre porque la sociedad (familiares, amigos, medios de comunicación, políticas, etc.) sigue encaminada a un modelo en el que se espera que formemos pareja. Para ello, todos esos agentes nos están continuamente enviando mensajes que premian el emparejamiento y castigan la soltería:

  • Comentarios de la gente: “¿Ya te has echado novia/o?”; “Que raro que no tengas pareja… ¡si eres un partido!”
  • Socio-políticas: ventajas fiscales a parejas casadas, fomento del modelo de familia como sustento del sistema social actual, etc.
  • Temáticas del arte: especialmente la música y el cine ensalzan tópicos del amor.
  • Etc.

¿Entonces, cómo no vamos a tener esas ideas preconcebidas? Se nos está enseñando continuamente que aquello deseable y que nos va a hacer felices es tener pareja, y que, si no lo conseguimos, algo malo está ocurriendo. Esto, como podrás imaginar, es peligroso. Es peligroso porque nos guiamos por el miedo, y ése no suele ser un buen guía. El miedo nos incita a evitar aquello que tememos.

En este caso, evitamos el juicio de la sociedad ante nuestra soltería, evitamos la idea de estar “solos”, porqué entendemos que eso es malo. Para ello, ese miedo nos impulsa a dedicar mayores esfuerzos para encontrar pareja (perseguimos un cuerpo normativo, usamos apps para ligar y tenemos citas continuas, salimos de fiesta, sexualizamos nuestro comportamiento, etc.), y también nos impulsa a permitir actitudes y conductas del otro con tal de conseguir o mantener una relación (eso es, consentir actitudes del otro que no nos gustan, como que nos dejen en visto, que nos insistan para tener sexo, etc.).

Todos estos comportamientos guiados por el miedo implican un estrés continuo para la persona, y por tanto, también una peor salud mental. Sobre todo, porque esos esfuerzos no nos traen siempre una pareja, tampoco necesariamente una buena pareja, y mucho menos la felicidad que esperamos. Quizás sea porque no estamos ubicando ni definiendo bien la felicidad, así como tampoco el camino para llegar a ella. 

¿Cómo podemos deshacernos de esas ideas y miedos? Librarnos de ese miedo puede llevar mucho tiempo, y es difícil deshacerse totalmente de él, ya que la sociedad sigue enviándonos esos mensajes. Deconstruir nuestras creencias desde el razonamiento, por ejemplo, leyendo este artículo, puede ser un primer paso, pero desde la psicología sabemos que un arma muy poderosa es modificar nuestro comportamiento. Si en vez de enseñarnos qué hacer para buscar pareja, se nos enseña qué hacer para ser solteros felices, llegaremos a entender desde la experiencia que no necesitamos tener pareja para alcanzar la felicidad, lo que será de mucha más ayuda para deshacernos de todas esas ideas preconcebidas.

¿Cómo ser solteros sanos?

Primero, debemos focalizar los esfuerzos en la relación con nosotros mismos. Posiblemente esa relación sea la más importante de tu vida, la que tienes contigo. Entonces, debes preguntarte qué te hace feliz a ti (y no debe ser encontrar pareja). Ya imaginarás que cada persona tendrá respuestas distintas a esa pregunta. Sin embargo, en base no somos tan distintos, por lo que algunos autores se han atrevido a enumerar esos elementos sobre los que construir una buena soltería.

Gabriel J. Martín (2016) define 6 claves para vivir una soltería sana:

1. Autoestima: Trabajarse y aceptarse a uno mismo antes de encontrar pareja es muy recomendable. No obstante, esto no es siempre fácil. Muchas veces nos encontramos con que la autoestima está dañada antes incluso de encontrar pareja. Esto puede ser debido a múltiples causas. Por ejemplo, por mensajes negativos que se nos han dicho a lo largo de la vida, por experiencias desagradables en la infancia, por sentir que no encajamos en lo que se espera de nosotros, y un largo etcétera. Cada persona habrá tenido sus dificultades particulares para alcanzar su mejor versión y para formarse una idea mejor o peor de sí misma. Sea como sea, tener una baja autoestima nos hace más vulnerables a las relaciones tóxicas, sean de amistad o de pareja. Si tenemos problemas de autoestima importantes, es preferible mejorar la relación con nosotros mismos antes que aventurarnos en una relación de pareja. Debemos valorar no solo lo malo, sino todo lo bueno que hay en nosotros mismos, y hacernos valer. De lo contrario, será más fácil entrar en relaciones en las que acabamos aguantando situaciones que no nos hacen bien, y a personas que en realidad no nos quieren. Tener una buena autoestima puede ayudarnos a ser más selectivos en nuestras relaciones.

2. Equilibrio emocional: gestionar la intensidad, la frecuencia y la duración de las emociones no es igual de fácil para todo el mundo. Las emociones forman parte de nosotros, pero si nos dejamos manejar por ellas pueden afectar negativamente en múltiples áreas de nuestra vida. Tanto para tener una soltería sana como para tener relaciones sanas, la gestión de las emociones va a ser necesaria. La capacidad de gestionar las emociones nos permitirá ver la realidad con mayor objetividad. De esta manera, podremos ver con mayor facilidad qué personas son convenientes en nuestra vida, elegir qué comportamientos estamos dispuestos a tolerar, hacer una autocrítica sana, etc.

3. Proyectos: Un proyecto implica tener ilusión, y esa emoción es uno de los caminos hacia la felicidad. Llenar la vida con actividades que te ilusionen hace que estés alegre, que te levantes por la mañana con ganas, y conviertas alcanzar esa ilusión en una de tus prioridades. De esta manera, consigues desplazar en un segundo plano el deseo de encontrar pareja. Puede ser cualquier cosa, desde hacer un curso de manualidades, hasta hacer de voluntario en una asociación. Se trataría de llenar nuestra vida, que luego podamos compartir con otras personas, como con una futura pareja. No es la pareja quien debe llenar la vida.

4. Amigos: Antes de tener pareja, la gran mayoría de personas tenemos amistades. Los amigos son gente con la que compartes intimidades y a quien sabes que puedes pedir apoyo. ¿Qué nos aportan las amistades?

  1. Te dan la oportunidad de entrenar tus habilidades sociales, la empatía, la escucha activa, etc. Todas ellas te serán muy útiles en una relación de pareja y es recomendable tenerlas entrenadas de antemano.
  2. Son un filtro de posibles pretendientes. Con ellos aprendes a discernir entre buenos y malos candidatos, y si ese o esa candidato/a tiene buenos amigos, eso es un indicador de que posiblemente sea alguien que valga la pena.
  3. Nos reconfortan, dan consejo y animan ante cualquier problema. Esto hará que nos sintamos escuchados, comprendidos, que le importamos a alguien. Es decir, mantendrá nuestro equilibrio emocional y nuestra salud mental, y prevendrá que nos centremos en buscar pareja.
  4. Llenan nuestra vida y nos abren la mente. Tener amigos es tener planes y llenar la agenda. Nos entretiene, nos divierte y nos hace vivir experiencias. De lo contrario, nos sentiríamos solos y podríamos priorizar otra vez buscar pareja.

Familia: La familia es esa persona o grupo de personas con las que mantienes un lazo de compromiso y apoyo incondicional. Esa familia suelen ser padres, hermanos, sobrinos… pero no todo el mundo puede optar a eso. Hay personas que, por distintas circunstancias, deben esforzarse en formar su propia familia. En cualquier caso, las personas que consideres que son tu familia van a ser aquellas que estarán allí para los mejores y peores momentos, incluidos desengaños amorosos. Tener ese núcleo de seguridad es preventivo en el sentido de que nos quitará la presión de vincularnos a una pareja.

Sexo: Los seres humanos somos seres sexuados, y como tales tenemos la necesidad de tener relaciones sexuales. Eso no significa que todo el mundo lo necesite de la misma manera y en la misma frecuencia. Habrá personas que requieran de una actividad sexual muy frecuente, otras que no tanto, y otras que no sientan esa necesidad casi nunca. También habrá personas que distingan mucho el sexo lúdico y el sexo con amor, y otras que solo conciban el sexo como un acto de amor y compromiso. En cualquier caso, hay que entender que es normal tener deseo sexual. Recalcar eso puede ser importante, ya que aun existen ideas preconcebidas alrededor del sexo que nos reprimen a la hora de poder tenerlo fuera de una relación. Si te apetece, el sexo lúdico estando soltera/o puede ser altamente gratificante y una fuente de bienestar y autoestima muy potente. De hecho, practicar sexo sin la presencia de lazos sentimentales puede ayudarte a diferenciar el enamoramiento del deseo sexual, te ayuda a conocer tu cuerpo, a explorar tus deseos, a empatizar con el otro y a ser un mejor amante en relaciones futuras. Todo ello, siempre con la condición de que sea deseado, consentido y practicado asertivamente.

Si nos fijamos, podríamos decir que las mejoras en las áreas mencionadas van todas orientadas a conseguir los dos primeros puntos: autoestima y equilibrio emocional. ¿Cómo? Actuando. De hecho, cada uno de los puntos nos incita a hacer, a practicar, y en muchos casos, seguramente a cambiar la forma en que solemos comportarnos. También pueden invitarnos a cambiar de actitud. Por ejemplo, en el apartado de “proyectos”, se nos empuja a implicarnos en actividades motivantes, en el sexual, se nos intenta hacer entender que debemos aceptar nuestro deseo sexual como algo inherente en nosotros, y que por tanto, es lícito intentar satisfacerlo, etc.

Tras leer este artículo, lo primero que podríamos hacer es un autoanálisis para asegurarnos de si tenemos algún problema en alguna de estas áreas. En el caso de que nos sintamos estancados en alguna, deberíamos intentar trabajarla, bien sea solo, de forma parecida a como se indica en el texto, o con ayuda. Para ello, puede sernos muy útil un psicólogo profesional. Sobre todo lo que debemos entender, es que en el caso de vernos mal en alguna de estas áreas, es importante priorizarla antes que esforzarnos en encontrar pareja.

Referencias:

Martín, G. J. (2016). Quiérete mucho, maricón: Manual de éxito psicoemocional para hombres homosexuales. Roca editorial.