Mitos y prejuicios de ir a terapia psicológica

Mitos de ir a terapia psicológica

En el mundo actual, la búsqueda de bienestar emocional se ha vuelto más aceptada y valorada que nunca. Sin embargo, a pesar de la creciente apertura hacia la terapia psicológica, persisten numerosos mitos y prejuicios que rodean el campo de la salud mental. Aunque acudir al psicólogo ya no está igual de mal visto como hace unos años, siguen existiendo muchas creencias negativas en relación al proceso de terapia.  

A pesar de innumerables beneficios de ir a terapia, estos mitos y prejuicios arraigados a la sociedad y alimentados por la desinformación pueden obstaculizar el acceso a la atención psicológica necesaria y perpetúan estigmas injustos en torno a la salud mental.

En terapia, es bastante frecuente escuchar que algún paciente comenta en la primera visita: “Debería de haber venido hace muchos años”, pero pueden admitir que antes de atreverse a venir a consulta o comentar su problema y abrirse, han preferido intentarlo “todo” antes de venir a terapia o “solucionarlo por sus medios insistentemente” antes que pedir ayuda.

En este blog de hoy, revisaremos los mitos más comunes, desde el hecho de que buscar ayuda psicológica es un signo de debilidad, hasta que el mito de que ir al psicólogo es para personas que están locas y muy mal de la cabeza.

¿Cuáles son los mitos de ir a terapia psicológica?

Mito 1: Solo los «locos» o débiles van a terapia:

Uno de los mitos más arraigados y perjudiciales es pensar que la terapia solo es para personas con trastornos mentales graves. La realidad es que cualquier persona puede beneficiarse de la terapia para abordar problemas cotidianos, mejorar su bienestar emocional y alcanzar su máximo potencial. Sin embargo, también existe la creencia errónea de que pedir ayuda psicológica es una señal de debilidad o fracaso personal. Este estigma social impide que muchas personas busquen el apoyo que necesitan. En realidad, buscar terapia demuestra valentía y fortaleza emocional al reconocer que necesitamos ayuda para mejorar nuestro bienestar mental. Desde mi experiencia personal, este mito es más común en los hombres debido a las normas de género que estigmatizan la expresión emocional y la búsqueda de ayuda.

Mito 2: La terapia es solo para resolver problemas graves:

Muchas personas creen que solo deben buscar terapia cuando están al borde del colapso emocional. Sin embargo, la terapia también es útil para manejar el estrés, mejorar las relaciones, desarrollar habilidades de afrontamiento y promover el crecimiento personal, entre otros.

Mito 3: La terapia es solo para hablar de tus problemas:

Si bien la comunicación es una parte fundamental de la terapia, los enfoques terapéuticos modernos van más allá de simplemente hablar de los problemas. Los terapeutas utilizan una variedad de técnicas, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia de aceptación y compromiso, para ayudar a los clientes a cambiar patrones de pensamiento y comportamiento poco saludables.

Mito 4: La terapia es un proceso largo y costoso:

Si bien algunas formas de terapia pueden requerir un compromiso a largo plazo, hay muchas opciones de terapia que no son relativamente largas y están centradas en objetivos. Además, muchas prácticas ofrecen opciones de tarifas ajustadas y algunos seguros médicos cubren los servicios de terapia.

Desde la metodología que yo trabajo, la terapia cognitivo-conductual, el abordaje muestra cambios significativos generalmente en pocas sesiones, aunque cada caso es diferente según la cronicidad, la frecuencia y la intensidad del problema al igual que la motivación al cambio y compromiso activo del paciente.

Mito 5: Si el psicólogo no lo ha vivido, no podrá ayudarme:

Al igual que un profesional de la medicina no necesita haber pasado un cáncer para entenderlo y tratarlo a otras personas, pasa lo mismo con la psicología. Los psicólogos sanitarios estudiamos y nos formamos en comprender la mente y conducta humana de forma profunda, para poder ofrecer herramientas y técnicas útiles para solucionar problemas empatizando con el paciente y entendiendo el caso y sus necesidades.

Realidades del efecto de la terapia

1. Mejora del bienestar emocional:

La terapia psicológica puede proporcionar un espacio seguro para explorar emociones difíciles, encontrar formas saludables de lidiar con el estrés y mejorar la resiliencia emocional. Se trata de contexto personal y privado en el que se trabaja acorde con el objetivo terapéutico del paciente, proporcionando un vínculo de confianza que es muy importante para poder avanzar en el proceso de terapia.

2. Fortalecimiento de las relaciones interpersonales:

A través de la terapia, las personas pueden aprender habilidades de comunicación efectiva, empatía y resolución de conflictos que pueden mejorar significativamente sus relaciones con los demás. También, en la terapia de parejas, se trabajan áreas como el apoyo emocional, la convivencia en pareja, etc.

3. Desarrollo de habilidades de afrontamiento:

La terapia proporciona herramientas y estrategias prácticas para manejar el estrés, la ansiedad y otros desafíos emocionales, lo que permite a las personas enfrentar la vida con mayor confianza y equilibrio.

4. Fomento del crecimiento personal:

Al explorar sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, las personas pueden descubrir nuevas perspectivas, fortalezas y recursos internos que las ayuden a crecer y evolucionar como individuos. En definitiva, conocerme y reconocer mis emociones para entender y guiar mi vida hacia mis objetivos vitales y valores.

En resumen, es importante desafiar los falsos mitos de la psicología y reconocer la terapia como una herramienta valiosa para promover la salud mental y el bienestar emocional. Al superar los prejuicios y buscar ayuda profesional cuando sea necesario, podemos abrirnos a un viaje de autoconocimiento y crecimiento personal. ¡No tengas miedo de dar el primer paso hacia una vida más saludable y feliz!

Xavi Ponseti 
Col. Nº B-03138