El mansplaining y las nuevas masculinidades

El mansplaining

¿Qué es mansplaining?

El mal hábito de explicar lo que no se ha preguntado, molesto ¿verdad?, pues es una situación que las mujeres del mundo viven a diario. El Término Mansplaining surge de la composición de los siguientes términos ingleses: Man (hombre) y explain (explicar). Se trata de la explicación por parte de un hombre de manera paternalista o condescendiente a una mujer.

Condescendiente, en primer lugar, porque no es solicitada y, en segundo lugar, porque en ocasiones ni saben de lo que están hablando y/o no es asunto suyo. Paternalista por la presunción de una capacidad de comprensión inferior por parte de las mujeres. Un trato en que algunos hombres cogen el control de la conversación y acuden cual héroe al rescate de la indefensa y desinformada “niña”, anulando a la mujer y a sus opiniones.

El Mansplain es una forma de menosprecio y una invitación al silencio. Por tanto, se trata de una microagresión, dado que se da de un grupo privilegiado (hombres) a uno oprimido (mujeres).

Ejemplos de mansplaining

El término fue acuñado por Rebeca Solnit quien escribió el libro «Los hombres me explican cosas». En él relata cómo, entre otros ejemplos, un hombre en una reunión le explicó uno de sus artículos ignorando su autoría y tras varios intentos de otros asistentes de indicarle que hablaba con la autora.

El hombre no cae en la cuenta de que la mujer a quien le están explicando algo puede poseer el mismo conocimiento o más en referencia al tema tratado. También cabe la posibilidad de que a ella no le interese recibir ningún aleccionamiento.

Algunos de los casos de Mansplaining más comunes:

  • Situaciones en las que los hombres generalizan sobre las mujeres o sobre temas que las incumben exclusivamente a ellas y hacen comentarios del estilo “Lo que debéis/ debes hacer es…”, “Lo que las mujeres quieren es…”, “las mujeres no entendéis de…”. Sin ir más lejos, los hombres que escriben sobre feminismo tienen más repercusión y están más aceptados que las mujeres que tratan los mismos temas.
  • Conversaciones monopolizadas por uno o varios hombres. Interrupciones para dar su opinión sobre el tema o para corregir lo que la mujer dice.
  • Aleccionamientos sobre su trabajo. Dichos aleccionamientos también se dan delante de otros compañeros.
  • Consejos no solicitados. Como que les corrijan la postura en el gimnasio o les den indicaciones al aparcar.
  • No tomar en serio la opinión o el criterio de una mujer, especialmente si este no coincide con el de sus compañeros varones o si es la primera en poner el foco en ese tema.

Históricamente, los hombres son recompensados por expresarse y las mujeres penalizadas. ¿Cuántas veces se tacha de “mandona” o de “controladora” a aquella mujer con ideas claras y la voluntad de hacerse escuchar, mientras que el hombre con esos mismos atributos tiene “madera de líder”?

Las nuevas masculinidades

Cada vez son más los hombres que buscan dejar de ser machistas y cambiar conductas como el mansplain. Reconocen que el camino del sexismo está llegando a su fin y no quieren seguir formando parte de él.

Sin embargo, este concepto atrae un miedo: “no quiero ser machista, pero no deseo hacerme femenino”. Algunas personas asocian este término con varones “blandos” o “débiles”, sometidos a mujeres agresivas. Este tipo de pensamiento no hace sino reforzar la idea de que solo se puede ser machista o afeminado.

Bien, simplifiquemos lo que requiere esta nueva masculinidad. Se trata encontrar formas más positivas de expresar la masculinidad y de romper los modelos de hombre-fuerte-agresivo y mujer-frágil-sumisa.

A las nuevas masculinidades no les preocupa la asunción de actitudes consideradas tradicionalmente como femeninas. Eso implica que no ve a las mujeres como inferiores y, por tanto, no tiene necesidad, entre otras, de ser condescendiente o paternalista con ellas.

¿Cómo debo actuar como mujer?

No podemos olvidar que vivimos en una sociedad históricamente patriarcal, por lo que las mujeres pueden caer inconscientemente y perpetuar conductas machistas. Si queremos un cambio, debemos empezar por nosotras. Ser un ejemplo las unas para las otras. 

Seguro que muchas habréis visto esa escena en la película Sexo en Nueva York 2 en la que Miranda, cansada de que su jefe le levante la mano a modo de hacerla callar para dar paso a sus compañeros varones, le planta cara y abiertamente. Le hace saber que su conducta es discriminatoria y que las opiniones y argumentos de ella pueden ser igual o más válidos que los de sus compañeros.

Pues bien, salvando las distancias, debemos convertiros en Mirandas y plantar cara a aquellos hombres que nos traten con condescendencia. Por supuesto, el lenguaje asertivo es clave a la hora de dar un mensaje, pero si no empezamos a llamar la atención o a corregir esos comportamientos, nadie lo hará por nosotras.

  1. Habla, no te cortes. Di lo que piensas, habla más y más fuerte. Redirige la conversación hacia ti si te han quitado la palabra.
  2. Argumenta. Si sabes del tema no hay que esconderse ni avergonzarse.
  3. Explícalo. Si eres víctima de mainsplaining hazle saber a la otra persona que lo está haciendo y que no te gusta.
  4. Juntos somos más fuertes. Busca a otras mujeres o nuevas masculinidades con las que aliarte para equilibrar la balanza.

Algunas frases que pueden resultar útiles a la hora de parar situaciones en las que un hombre nos hace Mansplain:

  • “Gracias, pero no me interesa”
  • “Quizás sea útil que te cuente mi experiencia”
  • “Aprecio tu comentario, pero no necesito que me lo expliques”
  • “Ya estoy familiarizada con el tema”
  • “No todas las mujeres quieren/piensan eso”
  • “Permíteme terminar lo que estaba diciendo, si al final tienes dudas podemos resolverlas”

No debemos temer empoderarnos y hacer ver y reconocer nuestra valía.

A nivel social se están haciendo enormes esfuerzos por generar una mayor inclusión de las mujeres. Pero no basta con incluir mujeres, es necesario establecer nuevas formas de comunicación y eso requiere reeducar.

Referencias bibliográficas

Platero, R. Lucas; Rosón, Maria y Ortega, Esther (eds.). «Barbarismos queer y otras esdrújulas»: Barcelona: Edicions Bellaterra, 2017

Las nuevas masculinidades positivas. Utopìa y Praxis Latinoamericana [online]. 2008, vol.13, n.41, pp.93-106. ISSN 1315-5216.

Júlia Tarancón Estades

Psicóloga Col. No B-3232