La manifestación desde la perspectiva psicológica: consigue lo que te propones

La manifestación desde la perspectiva psicológica

Manifestar está de moda. Recientemente son muchos los libros, divulgadores y posts que salen hablando del tema.

A menudo se habla de manifestación desde una vertiente más espiritual y regida por la Ley de la Atracción, en la que tú pones intención y pides al universo aquello que quieres. Esta práctica promete hacer que las personas consigan todo aquello que se proponen.

Pero primero… aclaremos conceptos

¿Qué es manifestar y cómo se hace?

La manifestación consiste en enfocar nuestra intención, energía y creencias para atraer aquello que deseamos. La idea principal es que nuestros pensamientos y emociones tienen poder para influir en nuestra realidad. Al alinear nuestras acciones y vibraciones con nuestros deseos, puedes hacer que estos se materialicen.

Según la Ley de la Atracción lo igual atrae a lo igual. Por tanto, si deseas atraer cosas buenas a tu vida, tu actitud debe ir en consonancia. Si crees que no puedes o que es imposible, nunca lo vas a conseguir.

Los principios básicos serían los siguientes:

  • Claridad de intención: Saber exactamente qué deseas atraer.
  • Visualización: Imaginar lo que deseas, como si ya fuera parte de tu realidad.
  • Enfoque en lo positivo:  Gratitud, alegría y entusiasmo.
  • Creencias alineadas: Superar dudas o creencias limitantes.
  • Acción inspirada: Pasos concretos que te acerquen a tu meta.
  • Paciencia y desapego: Confiar en que el proceso funcionará sin obsesionarte.

Pues bien, la manifestación no tiene una base científica, sobre todo si la
entendemos en su forma más simple; sin embargo, sí que contiene elementos que se
pueden interpretar desde la perspectiva psicológica, permitiéndonos así integrar estas
prácticas en nuestro día a día, ser más felices y acercarnos a nuestros objetivos.

La manifestación desde la psicología

Lo cierto es que, aunque sea con otras palabras, la manifestación pone sobre la mesa muchos conceptos trabajados con frecuencia en consulta.

Entenderemos la manifestación como un proceso en el que se establecen objetivos y mediante un pensamiento sano, positivo y empoderado nos dirigimos hacia nuestras metas.

Para ello es necesario:

– Establecer metas: estas deben ser claras, específicas y alcanzables. De esta forma nuestra motivación aumenta. Tener claro lo que queremos nos permitirá marcar los pasos a seguir y enfocarnos en ello.

– De acuerdo con el modelo SMART, la forma de establecer metas es teniendo en cuenta los siguientes criterios.

  • S (Específicas)
  • M (Medibles)
  • A (Alcanzables)
  • R (Relevantes)
  • T (Con un tiempo definido)

– Visualización positiva:  Imaginar un resultado deseado (vívidamente) activa áreas del cerebro similares a las que se activan cuando realmente lo experimentas. Reforzando así la creencia en nuestra capacidad para lograrlo. Imagina con lujo de detalles como sería alcanzar tus metas. Generarás un estado mental positivo y te motivarás.

– Autoeficacia: Es decir, la creencia en nuestra capacidad para lograr un objetivo. Una alta autoeficacia está asociada con mayor persistencia y resiliencia ante los inconvenientes o problemas.

– Reestructuración cognitiva: Técnica utilizada en la terapia cognitiva-conductual en la que se identifican pensamientos irracionales (creencias limitantes) y se aprende a cuestionarlos para tener un pensamiento más racional y constructivo

– Acción dirigida hacia las metas: Es decir, alinear nuestras acciones e intenciones. En otras palabras, no basta con pensar; hay que ponerlo en práctica y actuar dirigidos a lo que queremos. 

– Gestión emocional y resiliencia: La capacidad de manejar la frustración y mantener el enfoque es crucial. Practica técnicas de regulación emocional y aprende a ver los fracasos como oportunidades para crecer.

– Gratitud y refuerzo positivo: la gratitud no solo mejora el bienestar y reduce el estrés sino que propicia una mentalidad positiva para lograr metas.

Así que, en resumen, si quieres conseguir tus objetivos:

  1. Establece metas específicas y realistas
  2. Visualiza tus objetivos
  3. Cree en ti
  4. Revisa qué pensamientos te limitan
  5. Ten una mentalidad positiva
  6. Actúa
  7. Gestiona tus emociones
  8. Practica la gratitud

Es fundamental tener presente que existen numerosos aspectos de la vida que escapan a nuestro control y sobre los cuales no podemos ejercer influencia. Esta realidad forma parte de la condición humana y debemos comprender que no siempre es posible obtener el resultado deseado. No obstante, las prácticas aquí descritas cuentan con respaldo empírico que avala su eficacia. Su adecuada aplicación no solo contribuye a un estado de mayor felicidad, realismo y enfoque, sino que también nos brinda las herramientas necesarias para alcanzar gran parte de nuestras metas.

Júlia Tarancón Estades
Psicóloga Col. No B-3232