Nadie está preparado para pasar por un proceso oncológico, pero aún menos con 26 años. Escéptica respecto a la psicología, empecé a visitar a mi psicóloga casi por obligación. Actualmente, lo primero que recomiendo cuando hablo con alguien que está pasando lo mismo es que busquen a un profesional para acompañarles a lo largo del proceso. Gracias a ella me conozco más a mí misma, he descubierto y entendido pensamientos y sentimientos que desconocía tuviera dentro de mí, he adquirido herramientas emocionales que me ayudan en mi día a día, y lo más importante, he aceptado y aprendido a vivir con lo que me ha pasado y soy feliz.

Muy implicada en su trabajo, mucho sentido común, muy palpable la formación que tiene, y un pilar sólido al que aferrarse cuando crees que todo se desmorona. Eternamente agradecida por lo mucho que me ha ayudado.